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CONSTRUIR CIUDADANÍA
Por Francisco Ruiz*
Martes 29 de octubre de 2024. Dignidad, honor, integridad, templanza y mesura son valores que parecieran estar en desuso; por lo menos en la cotidianidad de nuestras conversaciones se han vuelto palabras cada vez menos pronunciadas. Partiendo del principio de que: “Lo que no se pronuncia, no existe”, resulta inequívoco considerar que la aplicación de dichos preceptos en nuestra vida diaria es realmente necesaria para nuestro mejoramiento como sociedad.
Si utilizamos la alegoría de la construcción de una casa o edificio, es inevitable advertir que los cimientos son el punto de partida, sostén y eje central de cualquier edificación. Así mismo, nuestros cimientos como ciudadanos son el pilar de toda colectividad. De tal suerte que, entre más sólidos sean, mayor será la resistencia, duración y estabilidad de un edificio denominado “sociedad”.
Tener como filosofía que la solución a los problemas sociales o embates naturales que enfrenta toda población son responsabilidad exclusiva de un ente denominado “gobierno”, no abona mucho. Observarse a sí mismo como un elemento ajeno a la composición social no sólo resulta ilógico sino estéril. Lo explicó bien Aristóteles: el ser humano es un animal racional, social por naturaleza y político por necesidad.
Ahora bien, para darle crédito a dicha apología, se requiere comprender mejor qué es la política. Existen un sinfín de definiciones sobre dicho precepto. Desde el más ambiguo hasta el más complejo. Del sencillo al abstracto. Sin embargo, si en algo han de coincidir prácticamente todos los significados que se le atribuyen a la palabra “política”, es en tres elementos: orden, funcionamiento y bien común. De ahí que la política, a pesar del enorme descrédito por el que desde hace tiempo atraviesa, es más noble y esencial de lo que aparentemente se piensa.
Insistiré, como lo he venido haciendo desde hace mucho tiempo ya, en que la política por sí misma se encuentra inmaculada, es decir, se conserva intachable. Aunque, también es justo reconocer que la actuación de quienes, por inexperiencia, falta de preparación o abuso flagrante, ofrecen resultados pírricos o adversos a la comunidad, han provocado no sólo la incredulidad sino el rechazo de la gente.
Entonces, ¿qué hacer? Parece tan simple que es sumamente complejo. Cómo decimos los mexicanos: “Tomar al toro por los cuernos”, y no lo digo literalmente. Si bien la construcción de la ciudadanía amerita de guía, de conducción, la cual, como decía el expresidente argentino Juan Domingo Perón: “…es un arte, como la pintura o como la escultura, que tiene su técnica y tiene su teoría. Con la teoría y la técnica se puede hacer un buen cuadro, como se puede hacer una buena escultura. Indudablemente que, si se quiere una Cena de Leonardo, una Piedad de Miguel Ángel, sería necesario un Leonardo y Miguel Ángel; porque la técnica y la teoría es la parte inerte del arte, la parte vital es el artista. De manera que, siendo la conducción un arte, es necesario preparar a un artista dándole la técnica y dándole la teoría. La conducción política obedece a las mismas leyes de las demás artes…Indudablemente que, de la clase de conductor que se tenga, depende, en gran medida, el éxito al que debe aspirarse…”. Por tanto, no puede, ni debe, dejarse de lado la imperiosa necesidad de asumir nuestro rol como ciudadanos.
Estamos por finalizar octubre, el décimo mes del año, pero el primero de la nueva administración federal y de muchas locales, sin embargo, es fundamental tener muy presente que la oportunidad para construir una mejor ciudadanía es permanente y, lo más importante, es nuestra.
Post scriptum: “Al conquistar nuestras libertades hemos conquistado una nueva arma; esa arma es el voto”, Francisco I. Madero.
*El autor es escritor, catedrático, doctor en Derecho Electoral y asociado del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP).
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¡YA ERA HORA!
Por Francisco Ruiz*
Martes 8 de octubre de 2024. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, promulgada el 5 de febrero de 1917, fue única y vanguardista, ya que en aquel momento fue la primera en incorporar las denominadas garantías sociales, recopilando las demandas de quienes lucharon valientemente durante la Revolución mexicana, por supuesto, dicha Constitución atendió la realidad social de aquella época.
Sin embargo, posteriormente, el texto constitucional original debió ser adecuado para saldar la deuda histórica que se tuvo con las mujeres; dado que, en su concepción primaria, el artículo 34º señalaba que: “Son ciudadanos de la República todos los que, teniendo la calidad de mexicanos, reúnan, además, los siguientes requisitos: I.- Haber cumplido dieciocho años, siendo casados, o veintiuno si no lo son, y II.- Tener un modo honesto de vivir”.
En primera instancia, dicho apartado hacia una distinción entre los ciudadanos de sexo masculino que eran casados y quienes eran solteros; reconociendo a los primeros como ciudadanos, aunque fueran más jóvenes que los segundos. Por otro lado, y más grave aún, en 1917, la ciudadanía era ajena a las mujeres. Es decir, para nuestra Carta Magna existían sólo ciudadanos varones clasificados en dos tipos.
Tras la iniciativa reformista promovida por la primera dama de la República Argentina en aquella época, Eva María Duarte, mejor conocida como Eva Perón, el voto femenino se consagró en su legislación en 1947. Así mismo, Evita, como también la llamaban cariñosamente, encausó una campaña de concientización sobre la crucial participación femenina en la política. Cuatro años después, las argentinas participarían en los primeros comicios y Eva sería testigo de aquél trascendental suceso. Sin embargo, el cáncer le impidió ser partícipe del proceso electoral como candidata a la Vicepresidencia, en la que haría fórmula con su esposo Juan Domingo Perón, quien buscaba la reelección en 1952.
En la misma década de 1950, el entonces presidente Adolfo Ruiz Cortines promulgó la reforma constitucional que dio paso a la participación de las mujeres en la vida pública de la nación: “Son ciudadanos de la República los varones y las mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos, reúnan, además, los siguientes requisitos: I.- Haber cumplido dieciocho años, siendo casados, o veintiuno si no lo son, y II.- Tener un modo honesto de vivir”. Así se publicó el sábado 17 de octubre de 1953 en el Diario Oficial de la Federación. Baja California se erigiría en el Estado No. 29 y dos años más tarde, en 1954, elegiría a la primera diputada federal en la historia mexicana.
Con la reforma promulgada el 22 de diciembre de 1969, luego de 16 años, finalmente se suprimió la diferenciación entre ciudadanos casados y solteros. Allende de lo anterior, cinco años más tarde, el 31 de diciembre de 1974, la oración: “La mujer y el hombre son iguales ante la ley”, fue incluida en el decreto que reformó y adicionó los artículos 4º, 5º, 3º y 123º de la Ley Suprema, en relación con la igualdad jurídica de la mujer.
Con las disposiciones constitucionales y legales logradas en épocas recientes, se ha garantizado la paridad en la participación de las mujeres en la vida institucional del México moderno: en las candidaturas, en la Cámara Baja, en el Senado, en los gabinetes y, por vez primera en nuestra convulsionada historia, tres mujeres presidieron los Poderes de la Unión: Ifigenia Martínez en el Poder Legislativo federal; Claudia Sheinbaum en el Poder Ejecutivo, y Norma Piña en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. ¡Ya era hora!
Post scriptum: “Cualquier mujer que entienda los problemas de llevar una casa estará más cerca de entender los problemas de llevar un país”, Margaret Thatcher.
*El autor es escritor, catedrático, doctor en Derecho Electoral y asociado del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP).
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PIRINOLA PRESIDENCIAL
Por Francisco Ruiz*
Martes 24 de septiembre de 2024. Hacia el fin del siglo XV, para ser precisos en 1492, el mismo año en que Cristóbal Colón se topó con la isla de Guanahani (en las Bahamas), durante su travesía por llegar al otro lado de las Indias, Rodrigo de Borja ascendió al trono de San Pedro, convirtiéndose en el papa Alejandro VI, el 214 en la historia de la Iglesia Católica.
En aquel momento, la estructura y dinámica eclesiástica distaban mucho de la organización que mantienen en nuestra época. Por ejemplo, existían sólo 23 cardenales y solían elegir a alguno de los oriundos de lugares colindantes a los Estados Pontificios. Sin embargo, Rodrigo contó con el apoyo del papa Calixto III, quien fuera su tío, y quien lo convocara a la península itálica, dejando atrás su origen español. Para lograr una mayor adaptación y reconocimiento, italianizó su apellido convirtiéndolo de Borja a Borgia, surgiendo con ello, la leyenda de la familia que dio tanto de qué hablar.
A pesar de ser parte del clero, Rodrigo Borgia, como muchos de sus contemporáneos, procreó a varios hijos, de los cuales la historia identifica plenamente a Juan, César y Lucrecia, quienes fueron piezas fundamentales en sus estrategias y alianzas. Al convertirse en Santo Padre, Borgia ordenó a su hijo César y lo integró al Colegio Cardenalicio. Su intención era que la familia Borgia formara una dinastía digna de los grandes imperios, sin embargo, las pasiones desbordadas y traiciones provocaron que el papa Alejandro VI muriera envenenado justo después de que su hijo César renunciara a sus votos como cardenal, impidiendo que fuera elegible como obispo de Roma.
Son muchas las versiones que han surgido en torno a la familia Borgia, pero como toda leyenda, tienen algo de verdad. Todas coinciden en que la ambición, las influencias y los caprichos fueron la constante en el actuar de los Borgia.
Poco más de 530 años más tarde, en el continente que fuera descubierto precisamente con la bendición de tan controversial papa; la ambición, las influencias y los caprichos se hacen presentes como si se trataran de una lección bien aprendida y superada, porque, a diferencia del pasado, hoy las decisiones se toman de manera pública y cuentan con el aval popular, aunque en muchas de las ocasiones ni siquiera se comprende lo que se está respaldando.
En México, a menos de dos semanas de que se extinga el actual gobierno federal, se han concretado medidas de gran impacto que bien valía la pena ponderar con más calma, pero el todavía presidente tenía prisa, en consecuencia, sus simpatizantes también. Allende de la reforma constitucional sobre el Poder Judicial, el casi expresidente lanzó una estrategia integral que incluyó al partido político que fundó y que le ha permitido mantener los hilos del poder. Así, colocó a una de sus más cercanas incondicionales (tan lo es que llegó a ser conocida como “La morena de Andrés Manuel”), y a su segundo hijo en la dirigencia nacional de MORENA.
Si bien “Andy” llegó como secretario de Organización, el apellido y parecido físico son suficientes para que cualquiera se le cuadre. Tan abrumador fue su arribo que nadie preguntó por la segunda de a bordo, Carolina Rangel, quien ocupará el cargo de secretaria general del partido oficial. Aunque más bien parecería que se trata de un premio de consolación ante su derrota electoral y de una manera de disimular la ofensiva del tabasqueño, quien antes de entregar la banda presidencial, como en el juego de la pirinola, ¡toma todo! Imponiendo casi, casi, hasta el modito de andar.
Post scriptum: “La política es la menos exacta de las ciencias”, Otto Granados.
*El autor es escritor, catedrático, doctor en Derecho Electoral y asociado del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP).
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GORDITOS Y BONITOS
Por Francisco Ruiz*
Martes 17 de septiembre de 2024. Como lo hemos analizado previamente, la soberanía es uno de los elementos que integran a un Estado. Actualmente, existen 193 Estados reconocidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como pude confirmarlo la semana pasada en la sede principal del citado organismo. La soberanía es entendida como el poder político supremo, según el Diccionario de la lengua española.
En el continente americano la soberanía se hizo presente incluso antes de la llegada de los europeos, pues prevalecía en las distintas culturas que existieron. Sin embargo, con el arribo de los representantes del Viejo Mundo, dichas culturas fueron cohesionadas y en breve tiempo se les arrebató su calidad soberana.
En nuestro país, la soberanía le fue arrancada de las manos a los ibéricos en 1821, luego de once largos años de guerra por la independencia. Así como lo lee: 1821 y no 1810, como la mayoría de los mexicanos supone. Por tanto, aún podemos celebrar que somos soberanos. Así somos, los mexicanos celebramos los inicios, nunca los desenlaces (que son lo realmente importante, pues los finales son resolutivos y no especulativos, más sí pueden serlo los comienzos de las historias).
El martes pasado, saliendo del teatro en Broadway, me enfoqué en enterarme de la votación sobre la reforma constitucional al Poder Judicial. El domingo, tal hecho se consumó con el beneplácito de algunos y la algarabía de muchos, demasiados, me atrevería a decir. Al igual que el Grito de Independencia, no tenemos claro que celebramos, pero celebramos bajo el supuesto de que se trata de algo benéfico para los mexicanos. No indagamos más, sólo suponemos y eso basta para festejar.
Así somos los mexicanos (es preciso generalizar), al contentillo. Todo está bien, siempre que nuestras celebraciones, por el motivo que sean, no se vean mermadas. Celebramos sin saber qué celebramos; aplaudimos sin saber el motivo; vivimos el momento sin importar que arriesguemos el futuro. Vamos sobre seguro; sobre lo que hay, no sobre lo que podría haber. Siempre que no nos afecte en lo particular, que el mundo ruede.
Por eso gritamos: “¡Viva México!”, sin importar cómo se vive ni la calidad de vida de nuestros semejantes, siempre que nuestro interés personal sobreviva. Ha sido ese individualismo y esa falta de solidaridad la que nos ha llevado a tener el gobierno que merecemos, uno que aún no termina de irse y la historia inmediatamente está juzgando: depreciación del peso, crisis de inseguridad incendiarias en múltiples partes del territorio nacional, confrontaciones abiertas con nuestros principales socios comerciales, la instauración de lo que a todas luces es un Maximato (y nos admiramos de la dupla Salinas-Colosio). Todo frente a nuestras narices, y nosotros, como la película, gorditos y bonitos. Sin enterarnos, ¡peor aún! Sin querer enterarnos para pecar de omisos, pero no de traidores (a cualquiera que sea nuestra causa).
Parafraseando a don Porfirio: pobre México, tan lejos de la emancipación y tan cerca de la manipulación. ¡Eso es lo alarmante! Que voluntariamente nos entreguemos a un sistema que ya ha probado ser fatídico, nos entregamos a la dulce melodía de un flautista que nos idiotiza (perdón, debí decir hipnotiza); mientras seguimos presurosos hacia el abismo. Sí, hacemos que la vida nos obligue a resistir, cuando bien podríamos prevenir. Para morir nacimos, dicen los pen…santes.
En 2005, mismo año que comenzó el ascenso político del actual presidente, se estrenó la película de animación digital “Madagascar”, en la cual cuatro pingüinos del zoológico de Nueva York repetían petrificados mientras posaban para el público: “gorditos y bonitos, gorditos y bonitos”. Así actúan hoy muchos mexicanos…
Post scriptum: “Denles pan y circo y nunca se rebelarán”, Juvenal.
*El autor es escritor, catedrático, doctor en Derecho Electoral y asociado del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP).
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¡HAY NIVELES!
Por Francisco Ruiz*
Martes 20 de agosto de 2024. El casi expresidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es todo un personaje. Estoy convencido de que su pasión por la historia, particularmente la de nuestro país, lo hizo sentirse obligado a grabar su nombre en la vida de la nación mexicana. Para ser justos, debemos de reconocer que lo logró. Para lograrlo debió de esperar muchos años, dedicar su esfuerzo y heredar un México polarizado a su sucesora.
Aunque el señor López tiene muchos años dedicados al activismo político y social, fue hasta este siglo cuando su nombre comenzó a resonar en las calles. Para quienes lo ignoran, lo han olvidado o desearían que no hubiera pasado, es preciso recordar que Andrés Manuel dio sus primeros pasos en la arena política de la mano del Partido Revolucionario Institucional en su estado natal. Sí, lee usted bien, AMLO fue priista durante 12 años. Inició su carrera junto a Carlos Pellicer y Enrique González Pedrero.
Casi al mismo tiempo, don Andrés decidió estudiar la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública por la UNAM, profesión de la que se tituló 11 años después de haber concluido sus estudios y con un promedio que apenas superó el siete de calificación con la tesis “Proceso de formación del Estado nacional en México 1824-1867”. En dicho documento, Obrador hace un recuento desde el gobierno de Guadalupe Victoria hasta Maximiliano, pasando por Santa Ana, Álvarez, Comonfort y Juárez. Citando ampliamente a intelectuales priistas como Jesús Reyes Heroles y Agustín Yáñez.
“…el proyecto centralista se mostró incapaz de resolver los problemas fundamentales del país y lograr una paz duradera. Las causas de este fracaso se encuentran en la contradicción entre forma de gobierno y realidad nacional…” (p. 175). Al leer estas palabras parecería que nos referimos al gobierno actual, pero no, se trata de un extracto de la tesis de López Obrador.
Quien también señala un gobierno centralista que: “…subordinó la sociedad civil al poder militar y asfixió las inquietudes económicas…” (p. 175). Además, el gran promotor de las transformaciones históricas del país: Independencia, Reforma y Revolución, atenta contra las mismas en su escrito al asegurar que: “…es necesario aclarar que la formación del Estado nacional de México no produjo cambios en favor de la población mayoritaria del país” (p. 178). Y sentencia: “Pero la nueva organización política liberal había surgido, en lo esencial, para satisfacer las necesidades y afianzar los intereses y la ideología de las clases económicamente dominantes”. ¡¿Pues quién lo entiende?! ¿No que los liberales siempre vieron por los pobres? La incongruencia en su esplendor.
Lo reitero: actualmente no existe un priista más priista (de la vieja guardia) que Andrés Manuel López Obrador. De igual manera, López Obrador es un amplio conocedor de la historia política y social de nuestro país, por ello la tergiversa, la corrompe, para sacar provecho a su favor.
Luego de esta recopilación, hay que recapitular que, luego de ser el dirigente estatal del PRI, AMLO fue fundador del PRD, partido del que fue dirigente nacional y después renunciaría al no garantizarle la candidatura presidencial; para, posteriormente, fundar MORENA. Institución que lo llevaría al poder, luego de 13 años en “no” campaña.
Malamente, la preparación política está vinculada con la simulación y el conservadurismo. Nada más ajeno a la realidad. Prueba de ello es que, ¡hay niveles! Pues la presidente electa de México sí se preparó para el puesto que ocupará: fue delegada, secretaria de gabinete, jefe de Gobierno. Ni hablar de su formación académica que llega hasta el doctorado. En fin, insisto: ¡hay niveles!
Post scriptum: "La burla es el miedo que emplea el ignorante para sentirse sabio", Bladimir Merino.
*El autor es escritor, catedrático, doctor en Derecho Electoral y asociado del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP).
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Extiende gobernadora Marina del Pilar Avila Olmeda, condolencias por el fallecimiento de Eglantina Esquivel, periodista bajacaliforniana y directora de la revista "La Lucha de las Féminas", pionera en la defensa de los derechos de las mujeres en Baja California.
El pasado sábado 10 de agosto trascendió el repentino y sensible fallecimiento de José Angel Cardona Canizales en su residencia de Tijuana. Fue presidente de la Agrupación Política de Baja California (APBC), y muy cercano al ex gobernador Xicoténcatl Leyva Mortera. Descanse en paz.
La gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Avila Olmeda, felicitó al pugilista Marco Verde, por obtener la medalla de plata en los Juegos Olímpicos París 2024.
Marina del Pilar destacó en sus redes sociales la valentía y el talento demostrado por el joven boxeador.
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AMLO ODIA A CLAUDIA
Por Francisco Ruiz*
Martes 6 de agosto de 2024. Como sabemos, la titularidad del Poder Ejecutivo federal se renovará en poco menos de dos meses, ya que, luego de la reforma político-electoral de 2014, se estableció que la jornada electoral se realizará el primer domingo de junio cada seis años y cambió la fecha de toma de protesta presidencial del 1º de diciembre al 1º de octubre.
Aunque la candidata ganadora no ha recibido la constancia de mayoría por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, órgano responsable de calificar la elección y validar los resultados, su triunfo es indiscutible. Tan indiscutible como el hecho de que Andrés Manuel dejará la Presidencia de la República. Es importante remarcarlo porque, aparentemente, para algunas personas tal suceso pasa desapercibido, incluyendo al propio presidente.
Si bien es cierto López Obrador será el primer mandatario hasta el último minuto del próximo 30 de septiembre, a pesar de que él mismo ha declarado un sinnúmero de veces que se irá a su rancho en Palenque y de que se quejó amargamente porque el expresidente Donald Trump lo mandó a “La chingada”, antes de tiempo. Sin embargo, la actitud de López Obrador es la de alguien que fuera a gobernar más tiempo. No me refiero a una prolongación de su mandato, sino a su manera de actuar un tanto socarrona.
La política, al igual que otras profesiones, exige preparación y profesionalismo. Todos somos capaces, todos somos aptos, sin embargo, recordemos que en el ejercicio público las decisiones tomadas deben de responder al beneficio colectivo y no al propio. Por eso, al prepararse se debe de ir más allá de la formación académica, pues se trata del dominio del “yo”. Gobernarse para gobernar. De ahí que resulte tan extraño que AMLO con tantos años dedicado al quehacer público no se haya preparado para entregar el poder a quién habrá de sucederlo. Queda claro que se resiste a dejarlo y lo ejercerá hasta el último minuto, pero hay situaciones que ameritan decisiones que se tomarán a mediano plazo, algo que el actual presidente ya no puede ni debe de hacer.
Así que, por más que el tabasqueño se lleve a pasear durante sus giras por territorio nacional a la virtual presidente electa, por más de que la ensalce y llene de elogios durante sus intervenciones, las decisiones políticas (bien planeadas por el expresidente legítimo de México), resultan un peso bastante elevado para quien será la primera presidente mexicana.
Tal parece que Andrés Manuel realmente odia a su “excorcholata”. Sus recientes y muy marcadas fricciones con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA), Estados Unidos y todos los países que se atrevan a cuestionar sus iniciativas de reformas constitucionales; así como, quienes representen una afrenta para el dictador Nicolás Maduro, son prueba de ello. Por más de que Sheinbaum se esfuerza en ofrecer perfiles con experiencia y formación probada para ocupar las distintas carteras del que será su gabinete legal y ampliado (salvo algunas deshonrosas excepciones), además de trazar rutas que le permitan ofrecer resultados favorables a corto plazo, el todavía presidente se empeña en fomentar la confrontación y el descrédito de la política exterior de nuestro país.
Pensar en que, con sus desafortunadas y desdeñosas declaraciones, el señor López está formando un gran lastre internacional a la próxima jefa de Estado, es una obvia muestra de cuán irresponsable puede ser una persona al flaquear ante sus apasionamientos, frustraciones y simpatías hacia una manera de pensar, afectando notablemente a la futura mandataria y, lo más importante, a México.
Post scriptum: “La ignorancia puede ser curada, pero la estupidez es eterna”, Maquiavelo.
*El autor es escritor, catedrático, doctor en Derecho Electoral y asociado del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP).
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¡Dales una segunda oportunidad! La gobernadora Marina del Pilar Avila Olmeda, invita a adoptar perros y gatos del Santuario Animal Mily. Encuentra un nuevo amigo y regálales el hogar que merecen, señala un comunicado del gobierno estatal.
Más información en https://tramites.bajacalifornia.gob.mx/adopcion_b5285fd9-6f5d-499b-85ef-8ba357158419.
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MÉXICO MAQUIAVÉLICO
Por Francisco Ruiz*
Martes 23 de julio de 2024. “…me parece que es más fácil conservar un Estado hereditario, acostumbrado a una dinastía, que uno nuevo, ya que basta con no alterar el orden establecido por los príncipes anteriores, y contemporizar después con los cambios que puedan producirse. De tal modo que, si el príncipe es de mediana inteligencia, se mantendrá siempre en su Estado, a menos que una fuerza arrolladora lo arroje de él; y aunque así sucediese, sólo tendría que esperar, para reconquistarlo, a que el usurpador sufriera el primer tropiezo”. Así comienza el segundo capítulo de “El Príncipe”, magnum opus de Nicolás Maquiavelo.
Escrita a inicios del siglo XVI bajo el título original de “El principado”, dicha obra vería la luz casi 20 años más tarde, luego de que la iglesia concediera la autorización de ser publicada. Redactada desde su encierro en prisión, “El príncipe” compendia una serie de recomendaciones para gobernar. Líderes de la talla de Napoleón Bonaparte lo leyeron, comentaron y practicaron. No hacerlo no implica el fracaso político, pero sí muestra una clara improvisación de quienes deciden participar en política sin prepararse para ello. Como siempre lo menciono en mis clases: si aspiras a ser un profesional de la política, leer “El arte de la guerra”, de Sun Tzu, y “El príncipe”, de Maquiavelo, es obligatorio. Aclarando que no se trata de instructivos, sino de una guía.
Regresando al escrito de Maquiavelo, me resulta sorprendente cómo este libro de más de 500 años es tan vigente. Pareciera que, en esas breves líneas, el filósofo florentino retratara al México del siglo XX y lo que ha transcurrido del XXI.
Cuando el autor se refiere a que es más fácil conservar un gobierno heredado que uno nuevo, me remonta a dos épocas distintas, aunque con una gran similitud en diversos aspectos. Me refiero a los gobiernos del PRI, los cuales fueran descritos por Vargas Llosa como “la dictadura perfecta”. Incluso, el propio libertador de Sudamérica, Simón Bolívar, lo advertiría un siglo antes: “La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos”.
Y es que los “herederos de la Revolución”, aprendieron bien de los errores de don Porfirio, particularmente el evitar la transición. Sin embargo, bien lo dice Maquiavelo: “basta con no alterar el orden establecido”. Así, durante varias décadas el gobierno fue tricolor, no sólo a nivel federal, sino estatal y municipal.
La alternancia fue parida en Baja California con la victoria de Ernesto Ruffo Appel en 1989, convirtiéndose en el primer gobernador no priista de México. El siglo naciente trajo consigo a otro partido político a Los Pinos. El panista Vicente Fox conquistó al electorado nacional, sin embargo, su desempeño resultó tan cuestionable que seis años más tarde, casi le arrebataron la Presidencia a su sucesor, Felipe Calderón, quien le regresó las llaves del changarro al PRI, a través de Enrique Peña Nieto. Tal y como quedó plasmado en “El Príncipe”, la clase gobernante se mantendrá siempre que no aparezca una fuerza arrolladora; pero, si eso sucediera, sólo tendría que esperar el primer tropiezo del “usurpador” para reconquistar.
Como lo mencioné anteriormente, dadas las vastas coincidencias, aún no me queda claro si el gobierno de Andrés Manuel fue una herencia de la clase gobernante a través de un rojo más quemado o si creó un “principado”. Sin embargo, lo que habremos de dilucidar en los próximos meses es si la administración de Claudia Sheinbaum será un gobierno heredado o realmente nuevo, y si un tropiezo significará la reconquista de quien gobernó.
Post scriptum: “El populismo es el camino de la autodestrucción de la democracia”, Mario Vargas Llosa.
*El autor es escritor, catedrático, doctor en Derecho Electoral y asociado del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP).
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Por Francisco Ruiz*
Martes 16 de julio de 2024. Para fines prácticos, las políticas públicas son los productos y servicios que un gobierno ofrece como respuesta a la demanda de la población. Si bien es cierto, para la administración de Andrés Manuel López Obrador, la política social ha sido la prioridad; también es cierto que toda política pública debe de contar con un respaldo jurídico y técnico, lo cual tiene como propósito mantener un equilibrio entre la necesidad social y la capacidad del gobierno para atenderla.
En el pasado, existieron gestiones presidenciales similares, como la de Luis Echeverría Álvarez (1970-1976), quien fue dispendioso. Las consecuencias financieras fueron catastróficas. Luego de ese gobierno, padecimos dos sexenios de inestabilidad económica.
Aunque el PRI se deslindó del neoliberalismo durante su reciente Asamblea Nacional, es imposible negar que fue el expresidente Carlos Salinas de Gortari quien, dicho sea de paso, adoptó un sistema político-económico que correspondió a las características del neoliberalismo, a pesar de haberlo llamado “liberalismo social”. Allende del nombre, las medidas adoptadas por aquel gobierno priista contribuyeron notablemente al crecimiento y desarrollo económico de México. La presencia de nuestro país en el mundo es fundamental, y ésta se detonó gracias a las estrategias de Carlos Salinas.
A la par, el entonces primer mandatario decidió implementar un programa de asistencia social denominado Solidaridad. Su lema fue: “Unidos para progresar”. A partir de ese programa surgió la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), y derivaron las políticas utilizadas por Ernesto Zedillo (PROGRESA), Vicente Fox (Oportunidades), Felipe Calderón (Vivir Mejor), Enrique Peña Nieto (PRÓSPERA), y Andrés Manuel López Obrador (Bienestar).
Así como lo lee, aunque al actual presidente le gusta adjudicarse las políticas públicas creadas durante el gobierno de quien tanto desdeña, la historia nos demuestra que no fue así. La historia también nos muestra cómo las decisiones paternalistas nos sumieron en varias crisis económicas que todos debieron de enfrentar, sin distingos sociales.
Nos restan dos meses y medio para tener un nuevo gobierno federal. Son muchos los retos que enfrentará, por más que insistan en que todo se transformó y mejoró, hay condiciones que no están bajo su control, como la realidad global en la cual nos encontramos inmersos. Por ello, es vital tener en claro cómo partiremos el próximo 1º de octubre.
Dentro de las circunstancias actuales sobresalen la incertidumbre que generan las reformas constitucionales de AMLO: Poder Judicial, medio ambiente, comunidades indígenas, adultos mayores, becas a estudiantes, atención médica gratuita, maíz transgénico y extracción de hidrocarburos, vapeadores, salario mínimo, pensiones, campo, trenes, CFE, electoral, entre otros. El desabasto de agua y uso de energías limpias. Subsidios del presidente Biden y las amenazas arancelarias del expresidente Trump. La polarización entre la cooperación internacional y el proteccionismo. El impacto de la competencia china. Las guerras entre Rusia y Ucrania, e Israel contra Palestina. La simpatía entre Rusia y Corea del Norte, y la Operación Cicatriz con algunos países como Ecuador.
Vaya reto el que tienen enfrente la virtual presidente electa y sus secretarios de Relaciones Exteriores, Hacienda y Economía. Máxime si la próxima mandataria decide aplicar literalmente lo dispuesto en su “Proyecto de Nación”, en el cual, señala que: “Las políticas proteccionistas están resurgiendo entre algunas grandes potencias y reorientando inversiones de acuerdo a (SIC) prioridades y proyectos del gobierno”.
Curiosamente, y como dijera una exalumna: “Es la misma historia de siempre sólo que con otros rostros, nombres y colores”. Porque, les guste o no, se continúa cosechando lo que se sembró política, económica y socialmente. La herencia salinista estuvo, está y estará presente; de lo contrario, habrá que preocuparnos.
Post scriptum: “El verdadero triunfo es transformar cada obstáculo en una oportunidad de crecimiento”, Nelson Mandela.
*El autor es escritor, catedrático, doctor en Derecho Electoral y asociado del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP).
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*Anuncia la gobernadora medidas estrictas
La gobernadora Marina del Pilar Avila Olmeda, lamentó la pérdida de la joven estudiante Paola Andrea Bañuelos, reiterando brindar todo el apoyo y acompañamiento a sus familiares en estos difíciles momentos, así como continuar garantizando a los bajacalifornianos un entorno seguro para todos.
Anunció que se implementaran acciones para la evaluación constante de choferes de plataforma digital, con el fin de garantizar tranquilidad de usuarios de estos servicios. Finalmente manifestó que las fuerzas estatales se encuentran concentradas en dar con el responsable de los hechos de este crimen para ser llevado ante la justicia.
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Por Francisco Ruiz*
Martes 8 de julio de 2024. Vítores, fanfarrias, parafernalia, desfiles, y sumisión total ante la figura del presidente era como se celebraba cada 1º de septiembre, eso sí, siempre en el ambiente de algarabía que caracteriza a los mexicanos. La obligación de informar con prontitud y transparencia fue transformada en la fiesta del presidente.
La “democratización” del proceso incluía la participación de los representantes de cada fracción parlamentaria, en la sesión solemne del Congreso de la Unión. Siempre antes del arribo del mandatario, quien era atendido por varias comisiones integradas por legisladores que lo acompañaban desde Palacio Nacional hasta las escalinatas externas de la Cámara de Diputados. Otro tanto lo escoltaba hasta la tribuna, donde pronunciaría un largo y tedioso discurso. Raras fueron las interrupciones, pues la mayoría lo vanagloriaba. Un grupo más lo llevaría del Salón de Plenos hasta el autobús, donde lo aguardaba la cuarta y última Comisión que lo “dejaría” en su oficina. Una fastuosa ceremonia.
En los medios de comunicación había una sola noticia: el discurso del presidente. Las televisoras y las estaciones de radio se enlazaban en cadena nacional. México se paralizaba durante varias horas para rendir pleitesía al gobernante. Al día siguiente, las primeras planas ensalzaban al primer mandatario.
¿Cómo comenzó dicho protocolo? Las costumbres de cada época lo fueron moldeando. El antecedente más remoto de los informes de gobierno data de la Constitución de 1824, en la cual se estableció que al inicio del periodo ordinario de sesiones del Congreso el presidente daría un discurso ante los legisladores. Para 1857, en el documento constitucional se estableció la obligación de que dicho discurso fuera un informe sobre el estado que guarda la nación. Para 1917, Venustiano Carranza dio inicio al ceremonial que habría de caracterizar a los presidentes del siglo XX.
Fue hasta inicios del siglo XXI cuando se reformó la ley para permitir que el presidente de nuestro país rindiera un informe por escrito que no necesariamente debe ser entregado por él (o ella), luego de la desazón que causaran los legisladores que simpatizaban con Andrés Manuel López Obrador, quienes tomaron el Congreso e impidieron que Vicente Fox ingresara a presentar sus cuentas. El último en hacerse presente en el Palacio de San Lázaro con su primer informe en mano fue Felipe Calderón, quien, a pesar de que la ley ya se había reformado, aprovechando que la norma no obliga, pero tampoco prohíbe al jefe del Ejecutivo entregar personalmente su informe.
Más allá de las “proezas” presidenciales y legislativas, el verdadero reto es que la próxima Legislatura promueva una iniciativa de reforma de ley para hacer que, tanto el Plan Nacional de Desarrollo como el Informe de Gobierno, se apeguen estrictamente a un método de elaboración, tal y como se elaboran (o elaboraban) las tesis. Es decir, un protocolo universal que nos permita a todos hacer un análisis objetivo sobre el programa de trabajo que aspira a implementar el presidente en turno y los resultados que ofrece. Con indicadores y datos precisos, cuantificables. En cuanto a la glosa, es fundamental que la persona responsable (entiéndase presidente), ofrezca las explicaciones que la soberanía le demande.
La virtual presidente electa de México, Claudia Sheinbaum ha presentado, además de la plataforma electoral de los tres partidos que la cobijaron durante su candidatura, un documento denominado Proyecto de Nación (le quitó lo de “Alternativo”), con 100 compromisos a desarrollar durante su gestión. Grosso modo, pinta bien, aunque debo de enfatizar: la rendición de cuentas no tiene color ni consigna, solo resultados.
Post scriptum: “En un país bien gobernado debe inspirar vergüenza la pobreza. En un país mal gobernado debe inspirar vergüenza la riqueza”, Confucio.
*El autor es escritor, catedrático, doctor en Derecho Electoral y asociado del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP).
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Por Francisco Ruiz*
Martes 2 de julio de 2024. Rafael Acosta Ángeles es un personaje político efímero (si es que puede considerarse político, porque personaje sí), que saltó a la arena electoral de la Ciudad de México (CDMX), en el año 2009. Tal vez el nombre no le resulte familiar, pero sí recuerda a “Juanito”, aquel ciudadano que, de una manera bastante amañada, “sustituyó” a Clara Brugada como candidato a jefe de la -entonces- Delegación Iztapalapa.
Tres años habían transcurrido desde la polémica y cerrada elección de 2006, en la cual, por una ventaja de poco más de medio punto porcentual, Felipe Calderón se convirtió en presidente de México. Se trató del proceso electoral intermedio de 2009 para elegir diputados federales y funcionarios locales, entre ellos, la jefatura delegacional de Iztapalapa. Ya con las boletas electorales impresas con el nombre de Clara Brugada como candidata del casi extinto PRD, el Tribunal Electoral le retiró la candidatura, por lo que López Obrador y la hoy jefe de Gobierno electa confabularon para que, mediante una triquiñuela, “Juanito”, el candidato del PT, luego de ganar, renunciara al cargo obtenido para favorecer a Brugada.
“Juanito, ¿aceptas lo que estoy planteando y te comprometerías que al momento de ganar presentas tu renuncia para que Clara sea la que gobierne en Iztapalapa?”, le preguntó Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien, en aquella época, ya había dejado trunca su responsabilidad como jefe de Gobierno de la capital para participar como candidato a la Presidencia de la República por primera ocasión y se autodenominaba como el “presidente legítimo de México”.
Así como lo lee, López Obrador, quien siempre se ha dicho partidario de la democracia y simpatizante de personajes como Francisco I. Madero, impulsó una estrategia muy similar a la que llevaría a Victoriano Huerta al poder en 1913: usar a un intermediario para hacerse del poder. Algo que me recuerda a uno de los tantos aforismos de don Jesús Reyes Heroles, quien decía que: “En política la línea recta casi nunca es la más cercana entre dos puntos”, lo ideado entre Brugada y AMLO es el mejor ejemplo. Es curioso como tal decisión contrasta notablemente con la cita atribuida a Benito Juárez: “En la política la línea recta es la más corta". Nuevamente se aprecia a simple vista cómo la congruencia se inclina ante la ambición.
Continuando con las semejanzas y alegorías históricas, hace unos días el todavía jefe del Ejecutivo federal dijo, en tono de sorna, que estaría en el próximo gabinete como secretario de la Defensa, recordando la anécdota de cuando el presidente Manuel Ávila Camacho le pidió al expresidente Lázaro Cárdenas que ocupara la SEDENA durante la Segunda Guerra Mundial.
La gran interrogante, ahora, es si la virtual presidente electa le arrebatará las riendas del país a López Obrador, porque, más allá de la novedad de tener a la primera mujer presidente de nuestra nación, Sheinbaum debe de recordar permanentemente que representa la voz de un pueblo que confía en ella; particularmente, Claudia encarna la lucha por la verdadera igualdad de oportunidades entre los mexicanos. Así que, esperemos que no le vayan a querer aplicar la misma que a “Juanito”, porque el descaro no tiene límites, ya lo hemos atestiguado.
Mientras, Andrés Manuel insistirá en que las cosas se hagan cómo, cuándo y porque él lo dice hasta donde las fuerzas le den. Será el protagonista hasta entregando la banda presidencial, por eso Claudia debe de tener cuidado de no verse minimizada, porque los rumores de un nuevo “Maximato” cada vez parecen más latentes. Al tiempo.
Post scriptum: “El ser humano es tan libre que puede escoger su propia esclavitud”, Malka Valovis.
*El autor es escritor, catedrático, doctor en Derecho Electoral y asociado del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP).
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Por Francisco Ruiz*
Martes 18 de junio de 2024. Hace muchos años, casi cien para ser más preciso, el escritor mexicano Martín Luis Guzmán publicó la versión final de su obra “La sombra del Caudillo”. Previamente, Guzmán había dado a conocer dicha novela en varias partes, a través de periódicos en Estados Unidos. Luego de recopilarlos y hacer las adecuaciones que consideró pertinentes la difundió a través de una editorial desde España.
De acuerdo con el diccionario de la lengua española, la palabra “caudillo” se define como el “jefe absoluto de un grupo armado” y también se entiende como un “dictador político, generalmente militar”. Además, la Real Academia Española (RAE), le atribuye varios sinónimos: jefe, líder, adalid, dictador, autócrata, tirano, déspota. Reitero: así lo conceptualiza el tumbaburros, yo sólo lo cité.
Para quienes tienen interés en conocer detalladamente el sistema político mexicano de nuestra época, “La sombra del caudillo” es un referente, pues retrata a la perfección cómo inició el caudillismo mexicano en el siglo XX; modelo del cual, podría decirse, hoy “gozamos” en una versión “remasterizada”.
Personajes ficticios que superaron a la realidad y personas reales que dejaron muy atrás a la ficción. La creatividad de Guzmán representa espléndidamente lo que se vivía en aquellos días en México, con un gobierno incipientemente democrático, por medio de sus letras. Los señalamientos del autor perturbaron hasta a uno de los políticos que lo inspiró para su novela: Plutarco Elías Calles. Quien fue conocido por su origen sonorense, haber sido operador de Álvaro Obregón, reformar la Constitución para permitir la reelección presidencial no inmediata y ampliar el periodo de gobierno de cuatro a seis años (como antes lo hizo don Porfirio).
No conforme, Calles impulsó la creación del primer partido hegemónico de México: el PRI. Allende de imponer el “Maximato”, una etapa en el que tuvimos tres presidentes bajo la “supervisión” del jefe máximo de la Revolución (el propio Calles). Tres presidentes para cubrir el periodo que debió gobernar una sola persona.
Dice el actual presidente que la historia se repite, pero con distintos matices. Si duda que lo haya dicho o considera que lo estoy mal parafraseando, basta con que escuche los primeros minutos del “documental” de Luis Mandoki titulado “Fraude 2006”.
¿Por qué retomar a Martín Luis Guzmán, Plutarco Elías Calles y al Sr. López (como lo llamó Mandoki)? Porque si leemos entre líneas, parecería que el casi expresidente tiene toda la razón y la historia sí se está repitiendo. ¿Lo duda? Juzgue usted…
Luego de decirse muy contento y satisfecho por los resultados electorales que favorecieron a su “corcholata”, Andrés Manuel dijo que se reuniría con Claudia Sheinbaum hasta que le fuera entregada la constancia de mayoría. No contaba con que la virtual presidente electa tomaría en serio su papel y decidiera intentar calmar al mercado, luego de los desaguisados del tabasqueño. Claudia primero habló con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, luego dijo que las reformas lopezobradoristas iban, pero bajo consenso y diálogos. Esto fue muy bien recibido por propios y extraños, más no por el aún presidente, pues ni tarde ni perezoso mandó llamar a su sucesora a Palacio Nacional. El resultado: “más del 50% considera que es necesaria una reforma, y más del 59% está de acuerdo con que haya una elección directa”, dijo Sheinbaum.
AMLO quiere que se hagan las cosas cómo, cuándo y porque él lo dice. Será el protagonista hasta entregando la banda presidencial, por eso Claudia debe de tener cuidado de no verse minimizada, porque los rumores de un nuevo “Maximato” cada vez parecen más veraces. Al tiempo.
Post scriptum: “En política, lo que es evidente rara vez es cierto”, Talleyrand.
*El autor es escritor, catedrático, doctor en Derecho Electoral y asociado del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP).
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Derivado de las altas temperaturas en la región, la gobernadora Marina del Pilar Avila Olmeda, instruyó reforzar los puntos de hidratación de la campaña “Verano Seguro”, el cual cuenta con dos puntos de hidratación masivos, uno de los cuales atiende mascotas; 200 casas de hidratación en Mexicali y Tijuana, así como una ruta itinerante en Mexicali.
De esta manera, se ha logrado atender a cerca de 5 mil personas.
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